En
uno de esos días, de mucho ajetreo, las mujeres que habitan en mí decidieron
reunirse para hacer una asamblea de emergencia. No hubo forma ni manera de
persuadirlas para que la realizáramos en un lugar más adecuado, que en el que
estábamos. Pensaran que estoy loca pero, aquel hombre que crea que él está con
una sola mujer llámese esposa, novia, etc. está muy equivocado. Dentro de
nosotras habitan innumerables mujeres, unas tienen más que otras, por cierto y
todas tienen su personalidad y son esencia pura. Las “Tres caras de Eva” es
poco para la realidad de la Mujer.
Hablemos
de la Mujer hija: Ésta es una de las características en que muchos no entienden
el comportamiento de sus mujeres, cuando buscan el apoyo o la aprobación, como
lo harían con su padre. Ella, a veces necesita que le digas que la decisión que
tomó fue la que tú tomarías, por ejemplo. Esa mujer necesita saber que la
entenderás y perdonarás, las cuantiosas cosas que haga, de las que tú no estés
de acuerdo pero que sabrás comprenderla por el amor que le tienes. Sólo un
padre acepta nuestras debilidades y nuestros desaciertos. Nunca dije que fuera
fácil.
Ahora
la Mujer Madre: Es aquella que quiere controlar todo lo que haces, la que
necesita cuidar, hasta del aire que respiras. La mandona y a veces implacable
pero que en todo momento te recibe para acunarte entre sus brazos cuando las
cosas no te salen bien pero eso sí, siempre dirá la frase que no quieres oír “Te
lo dije”.
La
mujer esposa: toda Mujer se casa con la intensión de sentirse abrigada y
protegida. Es la que le gusta pasearse de brazo, ante las otras mujeres, con su
hermoso marido, novio o lo que sea de ella. Lucirlo como un trofeo ante todas
las lobas que, seguramente, lo asechan cuando ella da la espalda. No importa
que no sea muy agraciado, basta con que tenga la etiqueta de “No disponible”
para que empiece a gustarle a las otras mujeres.
La
Mujer amante: Es la que siempre tiene en la mente, cómo quitarte la ropa y se
las ingenia para buscarse un tubo y colocarlo en tu cuarto para hacerte el
mejor show erótico que jamás hayas visto. Esa que, aunque tiene dos muchachos,
se las idea para esperarte vestida y perfumada, con la esperanza de que no llegues
muy cansado para que pueda sacar la loba que lleva dentro, que lo único que
quiere es devorarte a besos y mordiscos delicados y dolorosos.
La
Mujer compañera: La que siempre está a tu lado, apoyando tus inventos y
trasnochos de todos los días. Aquella que te aguarda para oír cómo te fue en el
trabajo. La que se alía contigo contra ese Jefe sin alma que no entiende que tú
eres un soñador y que lo que él piensa es una porquería, con relación a tus
ideas maravillosas. La que te prepara un traguito, en esos días en que andas de
capa caída y manda a dormir temprano a los niños para poder compartir tus
tristezas o frustraciones haciéndote sentir que no estás solo, que tienes una amiga
para lo que sea y como sea.
La
Mujer luchadora: Ella está entre todas las que asistieron a la Asamblea. Es la
que comparte los ideales que llevas desde hace muchos años. Es la que se
embragueta junto a ti para luchar por lo que piensas debería ser la vida en
este planeta. La que, en los momentos de las vacas flacas, te hecha una mano
para salir adelante con mucho amor.
Tienes
la Soñadora: Es aquella que a veces la consigues en las nubes y es que tiene un
sueño, que probablemente no pudo realizarlo cuando joven y siempre estará
dándole vueltas en la cabeza. La que espera que su hombre la sorprenda con un
detallito. La que sueña con un encuentro en la cocina, en el baño, en el sitio
de la lavadora, en fin esos deliciosos encontronazos que acostumbrabas hacer
cuando estaban recién casados o empezaban a convivir, cuando todo era lujuria,
amor y travesuras.
La
Mujer enamorada: La que te encuentra más atractivo que cualquier actor de cine.
La que obvia tu pronunciada barriguita que ya se está notando cada vez más. La que
ve por tus ojos y aprueba lo que decides. La que te dice “Si mi amor” sin
ninguna clase de farsa. La que se acurruca en tu pecho para sentir el fuerte
latir de tu corazón.
Existe
la Intelectual: Cuántas veces te ha buscado para pedir tu opinión y aprobación
de su trabajo. La que discute contigo sobre lo que ella lleva por dentro y deja
que tu penetres a esas profundidades, que solo ella conoce.
Todas
esas mujeres, entre vino y vino llegaron a una resolución. No piensen que les
fue fácil tomarla, ya que cada una tenía una queja y muy valedera. Solo que se
encontraron con un punto muy importante, al cual no le habían puesto atención y
es que, al unísono cuando respiramos, se nos sale un leve suspiro por su
presencia, por sus besos, por sus manos, por su voz ronca pegada al cuello, por
esos ojos que desnudan en un solo momento. Porque aprendieron a reconocerse en
los instantes más íntimos con tan solo un roce de piel. Es por eso que todas entendieron
que, aunque eran legítimas sus rumias, no dejaban de ser eso quejas y que al no
entenderlo dejábamos pasar el momento de un abrazo o de un beso sonoro. Llegando
todas a la conclusión de amarte hasta que nuestros corazones dejen de
sorprendernos de tanta fuerza y tantos deseos de ser el uno con el otro. Es una
entrega sin miedos, sin temores, sin recuerdos. Es un Te quiero, Me quieres. Es
por lo que el hombre y la mujer llegaron a este mundo, amarse el uno al otro.
Hombres
nunca subestimen a una mujer, porque no somos una, somos legiones en una y si
cualquiera de ellas no hubiese estado de acuerdo con la conclusión a la que se
llegó en esta Asamblea, otro gallo cantaría.
Con
amor para mis Mujeres…
Carmen Pacheco
lasculpasylamuertedelamorii@hotmail.com
@Erotismo10
01 de octubre de 2015
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