Cómo
te explico las veces que tengo que buscarte entre mis cabellos como pedacitos
de cielo que se prenden desde sus raíces.
Esas oportunidades en que te anhelo como la joven que suspira por su primer beso.
Cuántas
veces tengo que decirte que soy yo la que te espera y que tú eres el que me
busca.
Cuántas
veces tengo que ceñirte a mi cintura para que sepas quién es tu dueña.
¿Es
que no te has dado cuenta, que la cadencia suave, ardiente y rítmica de mi
cuerpo no te permitirá olvidarme?
Que
el recuerdo de mis manos sobre tu carne hará que te estremezcas por lo que te
quede de vida.
Cuantas
veces tengo que recordarte que puedes echar andar para conocer mundos lejanos pero
que, ese Cordón de Plata que te une a mí hará que regreses a tu nidal, donde
saciarás tus ansias de amar y de ser amado.
El día
que entiendas, que sólo existe una persona en tu vida, que conoce todas tus
revueltas y deleites. Que le encanta recorrer con su amor, palmo a palmo cada
centímetro de tu piel y de tu alma haciéndote sentir el placer más auténtico
que existe entre dos personas.
Cuando llegue ese día, sólo entonces comprenderás
que naciste para mí y que tienes la oportunidad de oro para ser el hombre más
feliz de esta tierra.
No veas
en mis palabras jactancia y mucho menos. Es solo que sé quién soy y sé quién
eres.
Es que reconozco
cada célula de tu cuerpo….
Carmen
Pacheco
lasculpasylamuertedelamorii@hotmail.com
@Erotismo10
14
de septiembre de 2015
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