jueves, 3 de septiembre de 2015

MUY TEMPRANO EN LA MAÑANA




Esa mañana, mi humanidad me despertó más temprano que otros días.

Palpé tu lado en la cama y no estabas. Mi urgencia se volvió algo de vida o muerte.

Me levanté buscándote por toda la casa y al llegar a la cocina pude verte envuelta en una toalla pequeña, la cual dejaba ver un pedacito de nalga y tus hermosas piernas. 

Me quedé un momento impávido pensando, ¿cómo es posible que exista tanta sexualidad en una sola  persona? y en esos breves segundos disfruté de la escena que ocurría entre cuchillos y vegetales.

Sigilosamente me fui acercando donde estabas y me puse detrás de ti. Olías a esa crema de cacao que te colocas, luego de ducharte.

Me preparabas el desayuno para llevarlo al trabajo. Eso me enamoró, aún más. Te preocupas por mí. Cuánto te amo por esos pequeños detalles.

Mis manos procedieron a zafar tu hermosa cabellera dejando al viento un perfume de jazmín, que me excitó definitivamente. Fue una danza suave y sugestiva verlo caer sobre tus  hombros.

Te quedaste quieta y temblando cuando me sentiste. Era la respuesta que siempre me gustaba hallar de ti, en el momento de abrazarte, porque me parecía que era la primera vez que te tenía entre mis brazos.

Besando tu nuca, te solté el paño y éste cayó al suelo, dejando tu desnudes a mis anchas. Ya no podía parar, mi necesidad de ti era tan grande que todo yo te quería penetrar.

Soltando el cuchillo, te diste vuelta y en un abrazo lleno de besos y caricias, recorrí con mi boca, tu cuerpo desnudo. Con una una voracidad y anhelo, como la primera vez que fuiste mía. 

Tus piernas se abrieron dejando entrar mis ganas de ti. Caímos al suelo y en frenéticos y ardientes movimientos hicimos el amor, como a nosotros nos gusta, sin hora, lugar y espacio.

Eres tan hermosa que al mirarte, este loco corazón vuelve a enamorarse de ti.




Carmen Pacheco   
lasculpasylamuertedelamorii@hotmail.com
3 de septiembre de 2015
@Erotismo10


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