domingo, 19 de junio de 2016

SOLO QUIERO SER FELIZ…





Hay un Cristofué elevando su trinar entre el realce verde del parque, mientras la rama que lo sostiene, se bambolea de un lado a otro siguiendo el ritmo del viento.

Todo ha quedado en silencia, sólo se alcanza a escuchar, su grito hilarante que retumba entre los árboles y flores que embellecen una especie de zanja o herida en la montaña, semejando un sendero y éste a la vez permite imaginar, etéreas Hadas que revolotean por entre el follaje, con sus hermosas alas transparentes y sus seductores cuerpos. Dejándose deslizar de flor en flor, a la vez que saborean el néctar de cada una.

Coloquémoslo, en la posición de ser humano, en este momento. Al observarlo, a la distancia, lo visualizo algo estremecido por las tribulaciones de la vida. El viento lo lleva, de un lado a otro, imitando las distintas situaciones por las que ha pasado.

Le pondremos nombre al viento, lo llamaremos “Decisiones”.

Por cada giro que da la rama, hacia cualquier dirección será la buena o mala elección que tomemos, en las diferentes etapas de la vida. Recordando, que muchas veces, optamos por el camino más corto o supuestamente más fácil. Creyéndonos muy inteligentes o “vivos”.

En varias oportunidades, la rama no aguantará el peso del ave, dado que unido a la fuerza e inclinación que se le imprima al soporte, éste se romperá bruscamente. Quiere decir que tendrá que agitar sus alas para mantenerse a flote o levitando, si es el caso, mientras encuentra otra rama donde posarse.

Muchas veces, nosotros, escogemos el camino equivocado, porque sólo pensamos en nuestras apetencias íntimas, llámese del tipo carnal o esas que llenan nuestro ego. De repente, no lo vemos venir y se revienta la rama donde estábamos y caemos estrepitosamente.

En esas oportunidades, he oído algunas personas arremeter contra Dios, el destino, la suerte, el fulano karma, en fin, todos tienen la culpa, menos este atolondrado ser vivo. Es cuando empezamos a tomar malas decisiones, las que nos llevan a saltar de rama en rama perdiendo así la oportunidad de crecer para, verdaderamente, encontrar la felicidad.

El Cristofué, del cual les hablo tuvo que posarse en distintas ramas. Cada rama que probó fueron las situaciones en las que pensó serían las más apropiadas. Y el viento, que como dijimos, son las decisiones que tuvo que sortear, lo movió haciéndolo caer varias veces.

Abran la mente y focalícense sobre la última rama de un gran Árbol y sean, en este momento, esa ave. 

Seguro entenderán que la vida está llena de obstáculos pero si se centran en lo que quieren y al fin, logran conocer sus fortalezas y debilidades podrán cantar, a lo que den sus pulmones, la melodía más hermosa que jamás hubiesen imaginado tararear. Consiguiendo así la simbiosis, entre la rama y tú esencia. Esto traerá el entendimiento de cómo puedes conectarte a las situaciones inesperadas y saber tomar la decisión adecuada para cada vaivén de la vida.

Es de esta manera que logras la confianza en ti. Eres el hombre o mujer que controla hasta donde puedes, cómo quieres vivir y qué te hace feliz. Por lo que no habrá ventisca tan fuerte que haga que te caigas de la rama que escogiste para jugar con ese viento que te sacudirá, de vez en cuando, logrando, solamente, que te inclines, cual bambú, flexible y fuerte, hacia donde te quiera llevar pero podrás regresar a tu posición certera y segura que escogiste.

Nunca es tarde para entender que no somos infalibles y que nos dieron la posibilidad de equivocarnos. Aunque Dios nos hizo a su imagen y semejanza, también nos otorgó la posibilidad de tener “Libre albedrío”. Es por eso, que siempre estaremos conscientes, que las decisiones tomadas, en cualquier momento de nuestras vidas tendrán sus consecuencias, buenas o malas. Esto quiere decir, que todos nuestros aciertos y desaciertos serán responsabilidad de nosotros únicamente.

Si hoy tienes que tomar una decisión importante en tu vida, hazlo con la mano en el corazón y piensa no solo en ti. Observa los daños colaterales que esa decisión afectaría tu entorno, a corta o larga distancia y da gracias por tener la oportunidad de elegir tu destino.

Por supuesto déjate ir en un vuelo delirante, en el recorrer de tus días para que puedas disfrutar lo bello que es vivir…


Carmen Pacheco
lasculpasylamuertedelamorii@hotmail.com
@Erotismo10
19 de junio de 2016




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