miércoles, 25 de enero de 2017

EL SILENCIO...




 


 Mi boca no emite sonido.
Sólo mi yo interno grita.
Tus besos se diluyen en mi cuerpo.
Alimentando de lujuria cada poro que se excita.

Esas manos saben muy bien enloquecerme.
Es tu boca hambrienta la que me estimula.
Son mis gritos mudos los que te enamoran.
Es mi sexo que se enerva con tu solo encuentro.

Tú delineas mi presencia en el breve impulso de tu arrebato.
Yo trasciendo de amor a mi gusto.
Nadie habla, todo es silencio.
Son dos almas encontradas en un buen momento.

Esa lágrima que moja tu mejilla.
Es la respuesta a lo que siento.
No te preocupes mi amor.
Es un bautizo que te hace mi yo en el momento.





Carmen Pacheco
@Erotismo10
25 de enero de 2017

EL AMOR A MI EDAD...







El mundo se ha acostumbrado a encasillar el tiempo.
Los años que van pasando.
Nos dejan experiencias de lo vivido.
Soy de las que con pinza atrapan y eterniza. 
Aquellos que me permitieron gritar lo sentido.

Cuando joven no tenía experiencia en el amor.
A mediana edad pensaba que me las sabía todas.
Hoy en la madurez de mis uvas.
Siento que estos son los mejores años de mi vida.

Mi cuerpo era enervante. Carnes duras, piel sedosa.
Mis senos mantenían su altivez ante la vida.
Mi agilidad era la de una gata sobre el tejado.
Mi boca se creía experta a la hora del beso.

Qué ingenua.

 Hoy me doy cuenta, que la experiencia acumulada.
Le da paso a la tonicidad para mostrar lo aprendido.
Permitiendo el gozo del amor y sus encuentros.

El tiempo me dejó tantas marcas.
Pienso que son las suficientes para enseñarte.
Que no hay madurez si no la compartes.






Carmen Pacheco
@Erotismo10
24 de enero de 2017

lunes, 23 de enero de 2017

DE BLONDA Y ENCAJE...







Su falda levanté y sus piernas se mostraron tersas e insinuantes.
Llevaba unas braguitas de color negro, que se ceñían a su cuerpo mostrando con agresión su sexo en todo su esplendor.

Mis manos apresaron sus caderas que inquietas se movían.
Mi rostro fue a parar a ese manjar que se me ofrecía llenándome de su olor dulce como una catalina.

Era como una visión su vientre dibujado entre blondas y encajes.
Mostraba cómo se puede aprisionar un manjar jugoso y encarnado.
Fue imposible no buscar el jugo delicioso que hacía brillar sus partes.
No pude dejar de sentir esa piel tan delicada y tersa que sobresalía de los tejidos de la prenda.

Ella tuvo que sostenerse con el marco de la ventana.
Mis arremetidas eran feroces. Era imposible dejar de sentirla.
Mis dientes la aprisionaron, mi lengua la saboreó y dejando caer ese elixir de amor que me brindaba, mi locura se desencadenó. en un concierto de gemidos delirantes mientras me sentía un vasallo de su ser.

Fueron mis colmillos quienes desgarraron la prenda.
Fue mi lengua quien lamió su herida.
Fue mi boca que la hizo suya.
Fue mi cuerpo quién sintió la sacudida.

Ahora en un momento de serenidad.
Tirados en el suelo te acaricio el cuerpo.
Mis manos no paran de transitar
Por esas elevaciones, curvas y profundidades.
De las que fui su dueño.


Comienzas a temblar.
Yo respondo a tu calor.
Nos unimos en un loco amor.
Y volvemos a sentirnos con más fuerza



P.D. Espérame con la braga de blonda y encajes.




Carmen Pacheco
@Erotismo10
23 de enero de 2017





domingo, 22 de enero de 2017

CONTANDO...







Un dos tres, todo parece desaparecer
Cuatro, cinco, seis, un suspiro se quiere desgarrar.
Siete, ocho y nueve, regreso a quién soy
Diez, que bueno fue amar.


Todo es un aprendizaje, todo es un renacer.
Nuevas caricias aprendidas, quejidos emitidos con mayor placer.
Dolores que fueron miel y gritos que fueron canción.


Reconocer que la vida es ahora.
Cerrar un capítulo y seguir disfrutando de su aroma.
Pronto se fusionará con el ambiente.
Quizás no recuerde lo que hacían sus dientes.


Sólo en este silencio puedo decirte, que aún te anhelo. Cosa que desmentiré ante el mundo entero.
Que es una pose orgullosa, muy cierto. Sólo así dejaré callada a mi mujer que preguntará si hoy nos besan.
Mientras, me ceñiré a tu estero. Navegando entre tus aguas para sentirme fastuosa.




Carmen Pacheco
@Erotismo10
21 de enero de 2017



martes, 10 de enero de 2017

CUAL AVE ENTRE LAS ROSAS...


    
Aquí me encuentro buscando cómo sacarle música a mi letra. Jugo a mi manzana y sonrisa a esa mueca.

Nadie puede decirme cómo se rige un corazón que ha encontrado un asidero, cual horma exacta a mis deseos.



Es como aquella ave que anda errante y de repente consigue un nido y se queda allí tratando de descansar de ese viaje tan fuerte y adolorido.

Es como esa abeja que pierde la dirección y se topa con otro panal repleto de miel, que lo incita a permanecer hundido.



No importa cuán lejano esté el sentimiento.

Si mi alma lo percibe.

Qué se puede esperar si se me ofrece agua dulce y cristalina para calmar años de aridez.



Son cosas que le puede pasar al más pintao y por eso no debe sentirse nadie triste o humillao

Porque al fin y al cabo, el amor está para el que lo necesite, no para el que esté antojao.



Vuelen gaviotas de mi vida

Bailen esa danza de amor indescriptible

Sientan cómo les acarician el alma

Vuelvan a vivir lo imposible.



Regálame un beso de esos labios tentadores.

Quiero tu saliva pecadora.

Siembra en mi vientre muchas rosas.

Vuélvete conquistador sin demora.



Que temblando estoy aquí esperando.

Ese tímido roce de tu boca.

Ansiando que vuelen las mariposas.

Para ver si descansa este vientre que te añora.






Carmen Pacheco

lasculpasylamuertedelamorii@hotmail.com

@Erotismo10

10 de enero de 2017



viernes, 6 de enero de 2017

EL SILENCIO SE HA VUELTO CARNE...




El silencio se ha vuelto carne.
Una extraña sensación se apodera de mi cuerpo.
El roce de la cama es inaguantable.
El espacio en ella es inmensurable.


De reojo me asomo y te veo cabalgando.
Mis manos se sujetan al hierro.
Tu cuerpo se mese entre mis piernas.
Volteas y miras esperando mi regreso.


En el ambiente emerge el fuerte aroma de tus besos.
Se oye el crepitar de las sábanas a la distancia.
Me entran ganas de participar en ese delirio.
Un quejido sale de mi pecho, te ha sentido.


Somos dos las que percibimos tu dulzor.
Ambas, en el distante sentir de tu cuerpo
Y en el recuerdo de tu aliento disfrutamos de este amor. 
Ella voltea hacia mí y en nuestros ojos se reconoce ese extravío de complicidad.


Los cuerpos aceleran el paso.
Tus dedos no alcanzo a verlos.
Sus ojos se cierran, mientras un mantra retumba en la habitación. 
¡Sí, Sí, Sí!


Quedaste impregnado en las paredes de mi alma.
No te recuerdo, solo está tu esencia hecha vida en mi piel.




Carmen Pacheco
Lasculpasylamuertedelamorii@hotmail.com
@Erotismo10
6 de enero de 2017