Nadie entendía del
porqué sonreía sentada frente al mar.
Sus ojos se iluminaban
sin razón aparente. Su boca esbozaba una suave sonrisa, haciendo que su rostro
se irradiara.
Nadie entendía del
porqué de repente volteaba en medio de la calle. Era
como si presintiera algo o percibiera a alguien.
Los que la conocían no
sabían interpretar su comportamiento. Jamás dijeron que estuviera loca pero si
extraña.
El batir de la brisa
entre las ramas
La sonrisa de un niño
El beso de unos
enamorados
Le hacía cambiar la
palabra en su rostro.
Nadie entendió del
porqué caminaba con las manos agarradas tarareando una suave melodía, que sólo
ella conocía. Sus pies golpeaban la piedra que se atravesaba. Su cabello volaba
al viento.
No, no estaba loca. Solo que, llevaba dentro de ella un olor a rosas, unos
besos largos y unos ojos inquietos.
Era la vida misma la que
rondaba el ocaso de sus años.
Carmen
Pacheco
@Erotismo10
10
de octubre de 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario