Qué
fácil fue para ti remover mis profundidades
De
qué manera navegaste por mis cicatrices.
Cuan
distante se hizo algún pasado que en mí viviera.
Que
divino es verte disfrutar de mis oleajes.
No
bastaron mil te quiero.
Los besos fueron sábanas que arroparon mis entrañas.
Mientras
danzando de pezón en pezón configurabas
mis
Fantasías
Una
gota de sudor rodó por esa espalda torneada
La
que aceptó tantas caricias enloquecidas.
Pudiéramos
estar lejos por mucho tiempo.
Mis
manos podrían estar sin el roce de tu piel.
Sin
embargo, mi espectro camina cual sueño errante.
Con
tu vagabundo como jinete.
Sopla
el viento y trae exaltaciones nuevas.
Vuelve
a removerse ese sentimiento de ansiedad que no
Terminan
por saciarse.
Sus
manos no me acarician igual.
Sus
besos no revolotean sobre mi lengua.
Peleo
con este cuerpo que a pesar de no olvidarte
Disfruta
de esas nuevas sensaciones.
¿Tendré
que castigarlo en el rincón?
¿Darle
de nalgadas para que sea serio?
Pero
sus pechos pegados a la pared me excitan.
Sus
caderas delineadas son devoradas por una boca fría
Que
aparece en la pared.
Y
sin poder evitarlo voy hacia ella para
tomarla
Entre
mis brazos y la someto a mis deseos, que son los
Tuyos.
Ya
rendida sobre mí ciento su dulce respirar que dice lo
Placentero
que fue el encuentro.
Y sonriendo deposita un dulce beso en mis labios
Indicando
que no era lo que yo pensaba, sino lo que en
Realidad
sucede en mis adentros.
Se
desliza fuera de la cama mostrando su verdadero
Rostro.
Nunca se fue. Siempre estuvo agazapada
Esperando dar el Zarpazo.
Sentada
de lado, me saluda con su sonrisa maliciosa
Mientras
sorbe un trago de café.
Sólo
la disfracé con otro nombre, con otro anhelo.
Cómo
cuesta deshacerse de ella, cuando lleva tanto
Tiempo
pegada a nuestro espejismo.
Hasta
cuando Señora Soledad…
Carmen Pacheco
@Erotismo10
15 de junio de 2017
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