En el pueblo sólo se hablaba del
poeta con el corazón roto. Había pasado a ser el tema más importante del lugar.
A pesar de la menguada producción de café, rubro que había sido el baluarte principal
de la economía de ese pueblo, sentían que era más importante el sufrimiento del
poeta.
Por las esquinas se recodaban los
momentos felices que vivieron, cuando dicho poeta llegó a sus tierras. Todo tomó
un color especial. Bastaba que él le dedicara un estribillo a una dama para que
las flores de su jardín renacieran con más color y perfume. Se dieron cuenta
que la producción se había incrementado en un cincuenta por ciento, desde que
visitó la trilladora de Jacinta Parciguá.
Es por eso que le dieron la llave
de las puertas del pueblo, como agradecimiento a la hermosa labor en sus vidas.
Esteban, hombre del pueblo,
recuerda que antes que el poeta llegara, le costaba mucho acercarse a Marisela,
mujer que había amado desde que eran niños pero que jamás se atrevió a decir lo que por ella sentía. Fue el Poeta, con su hermosa pluma, quien ayudó a estos
dos seres en cuestiones del amor. Hoy son felices y tienen como don de amor un
gracioso niño, al cual le dieron como nombre “Poeta” Poeta Gabriel así lo
hicieron llamar.
Con él, también llegó la
esperanza para los que nunca tuvieron suerte en el amor. Muchas veces el Poeta
se sentaba en alguna esquina del pueblo y con su pluma y papel en mano,
redactaba cartas y poemas de amor, dedicados algún amor secreto. Todos esperaban
con alegría, que ese día eligiera su esquina. De esa forma los corazones del
lugar palpitaban llenos de esperanza logrando que en cada rincón floreciera una
hermosa flor y así les llegaba la noticia, de lo que allí pasaba, a todos los
rincones de la comarca.
Un buen día empezaron a notar que
los pétalos de las flores, de todo el pueblo caían con el solo soplo de una
suave brisa. No entendían la razón, si el Poeta seguía haciendo su poesía
porqué empezaban a deteriorarse los hermosos jardines.
Un grupo del pueblo se presentó
en la casa del Poeta y pidieron saber la respuesta a lo de las flores. Cuando el
Poeta salió a recibirlos, notaron que caminaba más lento y que su respiración
era cansada. Se sentaron alrededor de él para oír su explicación y así comenzó:
- Estimados amigos, imagino el
porqué de la visita de ustedes. Sus flores y jardines están menguando ¿verdad?
eso mismo está pasando con mi salud. Mi corazón ha perdido fuerza y es de tanto
esforzarlo en estos últimos años. Al principio repartí poemas y cartas sin
medida alguna, por el sólo hecho de hacerlos felices a ustedes, sin darme
cuenta, que cada poema era un algo de mí que moría. Es por eso que hoy mi corazón
está débil necesitado de nuevos bríos para seguir adelante.
Tranquilos, no los estoy culpando
de lo que hoy me pasa, al contrario quiero agradecerles el haberme dado la
oportunidad para repartir tanto amor que alberga este corazón. Fui yo el que no
se preocupó en cuidarlo y protegerlo. He disfrutado de sus amores y atenciones.
Vivir al lado de todos representa para mí, el mayor regalo que jamás me hayan
dado. Mi vida ha sido, por qué no decirlo, muy alocada pero en ese devenir del
tiempo he bebido las mieles del amor y de los desencantos, motivación ésta para
plasmar en sus cartas, lo que significa haber amado y vivido sin freno alguno. Hoy
siento que lo he dado todo y que espero ver el resultado de lo que he vivido.
De pronto se levantó una mujer,
la más anciana del pueblo y le dijo. Amigo Poeta, tus palabras llegan a
nuestros corazones repletas de esa magia que has sabido inculcarle a nuestros
mensajes de amor. Nunca fue mucho para ti, cuando de expresar un sentimiento se
llamara, aunque no fuera el tuyo pero supiste trasmitirlo exactamente como
queríamos que llegara. Hoy gracias a tu arte puedo decirte que ese poema que
escribiste, aquella noche de lluvia, era mío. Cuando parecía que el cielo se caería a
pedazos, aún con el agua hasta mis rodillas, esa misma noche
entregué la misiva a quién hoy ha sido mi compañero por muchos años. Mi vida
ha sido motivadora y aleccionadora. Mis nietos, los cuales ves hoy ante ti,
vienen agradecerte el hecho de no haberte importado el clima para cumplir con
un deseo de esta mujer que amaba pero había cometido errores, los que
amenazaban con terminar una relación muy hermosa y están aquí porque gracias
al buen corazón de mi compañero y de tu pluma maravillosa pude alcanzar esa unión con el hombre que más he amado. Es lo que me hace decirte que no estás solo. Todas las personas del pueblo, a las que has
ayudado en cuestiones de amor, han decidido darte un corazón nuevo.
El poeta, con mucha dificultad se
levanta de la silla y acercándose a la mujer se abraza a ella, agradeciéndole la
buena intensión, que sus palabras encierran. En ese momento, los que allí
estaban se levantaron y conformaron un abrazo de amor puro y sincero alrededor de
la mujer y del Poeta. Una luz muy brillante salió de sus corazones y los cubrió
por unos segundos. No hubo necesidad que alguien hablara. La luz traspasó el
techo y fue directamente hacia los confines del cielo buscando la aprobación del
Todo Poderoso, regresando con otra tonalidad más fuerte. Todos en
el lugar estaban amalgamados en el más hermoso sentimiento que humano alguno
haya sentido “El Amor”.
Poco a poco fue bajando la intensidad
del reflejo y uno a uno se separó del abrazo que los mantuvo unos minutos
atados a los corazones de todos.
El Poeta no daba crédito a lo que
había pasado. Él sabía del amor, él le había escrito siempre al amor pero este
sentimiento que le manifestaron sus amigos, jamás pensó que pudiera percatarse
por él mismo de su existencia.
Fue cuando volvió a oír la voz de
la anciana
- Poeta haznos un poema, que te
salga del corazón
Y sin pensarlo dos veces afinó su
garganta y las palabras empezaron a manar de su boca pero esta vez sentía que
no era él quién las recitaba, al fin entendió que ese don no era suyo. Siempre
fue un canal, un puente que Dios había escogido para llevar amor al mundo. Sólo
que ahora su corazón palpitaba con nuevos bríos y renovadas esperanzas.
El pueblo, en su amor, le
devolvió lo que tantas veces él les había entregado sin condición alguna. Hoy el
Poeta, conocedor del verdadero amor comenzó a transmitir la belleza que siempre
había visto en cualquier cosa o las que no veía pero que las percibía por ese
nuevo corazón que se le había otorgado para que continuara deleitando a todo el
que lo oyera.
Se te saluda Poeta…
Carmen
Pacheco
lasculpasylamuertedelamorii@hotmail.com
26
de mayo del 2017