sábado, 22 de abril de 2017

¿ESTÁS SOLA REALMENTE?





El otro día me hizo una pregunta bastante personal, una compañera de estudios. Me dijo -“¿Cómo haces para vivir sola y que no haya alguien en tu vida?”- y eso me puso a pensativa, así, mientras movía la salsa que estaba haciendo me volteé y le dije:
Y quién te dijo que yo estaba sola amiga. Al contrario hoy estoy más acompañada que nunca.

Me vio como si no entendiera lo que acababa de decirle y le aclaré. Es que he estado compartiendo con una persona muy interesante.

-La chica arrimó su silla esperando el cuento completo.
Tomando una pose del que se las sabe todas más una hice como el que tiene todo en alguna parte del espacio y mirando hacia lo alto, le dije:
Yo también tenía esa sensación de soledad por la que hoy pasas y era por el simple hecho de no tener una persona a mi lado. Le daba más fuerza a esa presencia, que a cualquier cosa. Para mí era el significado de compañía y felicidad completa. Y para que veas, resultó que todas las personas u hombres, porque vamos hablar claro, tú me estás hablando de ese tipo de compañía, ¿verdad? ella bajando la mirada, se ruborizó afirmando muy quedamente.

Vamos mujer que ya no tienes quince años para que estés con esa mojigatería. Estamos hablando de la compañía de un hombre, sí o no, me enfrentó y dijo “Sí”
Entonces retomé la conversación diciendo: Claro que siempre hubo quien se quisiera acercar. Algunos lo lograron pero resultaron ser uno más del cascarón. Siempre nos dejan algo, claro dolores de cabeza y el reproche por haber caído en esa red tan falta de originalidad. Pero qué le vamos hacer la carne es débil y la necesidad es imperiosa, en fin. ¿De qué estábamos hablando? Ah si ya recuerdo, el por qué no me siento sola.

Comencé contándole alguno de los pasajes de mi vida, donde intervenía la presencia de un hombre. Y siempre sentí la soledad, le decía, aunque él estuviera en mi cama.

Así transcurrió buena parte de mi vida, la misma historia, siempre poniendo a otra persona en el mejor lugar de mi vida y de paso pensando que el que se hubiese ido o las cosas no resultaran había sido por culpa mía. Perennemente terminaba echándome la culpa de la ruptura y luego a rumiar mi soledad.

Cómo te dije estaba en la cocina preparando una salsa para una pasta, de esas que sabes me quedan ricas y mientras vigilaba el espesor, le dije que se arrimara, que las paredes eran muy delgadas y los vecinos disfrutarían también del relato.

La chica insistía. –Dime cómo haces para soportar la soledad.

No tuve más remedio que empezar diciéndole...

Amiga mía no es cosa del otro mundo. Resulta que ahora conocí a la mejor persona que jamás me hubiese imaginado que estaría ten cerca de mí y esa persona soy yo.

Ahora sí que la chica se confundió. – ya va, ya va. Cómo está eso de que te encontraste y ahora eres feliz, suena como esos relatos religiosos. No entiendo.

Ten paciencia que ya te cuento. A mi edad ya yo he recorrido mucho sendero y he vivido muchas cosas. La soledad, siempre es mala consejera y para cualquier edad no es buena. Aprendí a estar conmigo por medio de la meditación, la valoración que antes no me daba y comprendí que soy la persona indicada para compartir mi vida pero tengo que aprender a convivir y reconocer a esa que anda junto a mí, desde que nací. Es la eterna búsqueda del “Pájaro azul” siempre perseguimos la felicidad fuera de nosotros y en otros u otras personas y eso no es lo más indicado. Cuando llegues a pasar un fin de semana contigo y lo disfrutes, en ese momento ya estás preparada para estar con otra persona. ¿Cómo llegué a esa conclusión? Siempre a nuestras vidas llega alguien que te deja una enseñanza, estés o no preparada. Dichosa o dichoso el que se da cuenta y la aprovecha. Ese es mi caso.

Eso no quiere decir que no pueda encontrar una persona que compagine de maravillas conmigo y disfrutar de momentos íntimos, con un grado de exquisitez tremendo y lo vivamos, ambos, hasta su última lágrima, para luego regresar al refugio interno y poner en práctica lo aprendido. Eso para mí es vivir en soledad pero vivir. Sin olvidar que somos nosotros los que estamos encargados de nuestra felicidad, no los demás. Ah que consigues la persona que quiera pasar una noche contigo sin pensar en irse, porque siente que ese es su lugar y también tú concibas verlo despertar a tu lado cada mañana y eso te hace muy feliz. Ah caramba eso es harina de otro costal. Sólo tú podrás saber si el sol en tus mañanas es más ardiente cuando el amanece entre tus sábanas. En ese momento sentirás que tienes un compañero para el tiempo que sea. Que igual debes dejarle la puerta abierta para que sepa que no hay amarre de ninguna especie entre ambos. Aprendí que cuando uno quiere a alguien debe dejarlo libre, es el deber ser.

Wao!!! Exclama, eso fue una clase magistral de amor hacia uno mismo. Creo que lo entendí y me gusta la manera en que lo expusiste. Con razón siempre te veo alegre y fue por eso que tenía que preguntarte, cómo haces para estar sola.

En eso una bandeja del restaurante cayó al suelo y voltee para ver la persona que había estado comentando su experiencia y pude ver cómo los ojos del hombre que la acompañaba seguían cada movimiento que ella hacía con sus manos, mientras sonreía, quizás de saber que ella estaba allí, con él porque, definitivamente, ella daba la impresión de sentirse muy a gusto con su presencia y hasta me pareció que valoraba ese detalle de compartir una anécdota de su vida.

Esta conversación se daba mientras esperaba a un amigo. Agradecí, muy dentro de mí, que se retrasara, porque así pude oír cuáles eran las razones para que esa mujer pudiera ser feliz, a pesar de estar sola.

Llamé al mesonero y le pedí una bebida refrescante, en ese momento llegó Ricardo, con ese aire de desenfado que me gustaba tanto y con sus eternas muecas que reflejaban todo lo que necesitaba expresar y en el afán de disculparse más gesticulaba. Tanto fue su esfuerzo, que lo que me dio fue risa. Me besó, mientras yo le pedía que no explicara el porqué de su tardanza, total, la noche había empezado con una muy buena charla, que dejó su granito de enseñanza y estaba segura que terminaría aún mejor de lo que esperábamos, ahora que había llegado.

Triste aquel que pasa por la vida sin identificar las muestras de amor que se nos asoman en el correr de nuestro tiempo. Las señales son a veces insólitas y no alcanzamos a descifrarlas pero siempre aparecen, sólo hay que estar presto a verlas y aprovecharlas.



Carmen Pacheco
@Erotismo10
21 de abril de 2017






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