jueves, 28 de julio de 2016

UNA AVENTURA HACIA MIS PROFUNDIDADES...




Sentada en el reposo de mi ventana consigo mantener mis pensamientos activos y somnolientos, como el que sueña despierto. Siento como si apareciera en mi alma, una especie de nube taciturna, que envuelve el pasado, el presente y juguetea con mi futuro.


No puedo y si les soy sincera, no quiero dejar al viento, esos maravillosos recuerdos, que hacen que todo mi ser entre en estampida agresiva por toda esa ancha sabana que es mi piel.  


Recuerdo sus labios, alimentándose de mi aliento que, agitadamente se atropella por salir. Esos dientes que con un solo mordisco hacen sangrar mis venas abiertas por él. Los que muchas veces laceraron mis puntas erguidas, en esos instantes de loca excitación


Esos ojos morbosos, que me desnudan, lentamente, y hacen que mis poros se ericen, mientras toda yo tiembla de placer.


Esa lengua que se asoma entre sus delgados labios, cual serpiente, que se mueve de un lado a otro. Al verla entrando y saliendo llega a mi memoria su exquisita travesía por toda la membrana que cubre mi cuerpo. Deteniéndose solamente, en aquellos lugares donde enloquece, con tal codicia, que me deja sin aliento.


Sus manos, fuertes y adiestradas para generar placer. Saben tocar el punto exacto, que me hace gemir. Sus dedos, ágiles, cual mariposas, de la misma forma en que se enredan en mis cabellos, en una suave y delicada caricia, tienen la destreza de hurgar mis lugares más recónditos y sensibles.


Sus caderas, recuerdo cómo se mueven, cómo se agitan, cual baile hawaiano. Me hacen evocar al mar cuando está en calma aparente, porque constantemente mantiene un movimiento ondulante, que hace despertar los enviones de uno contra el otro, en los encontronazos de amor que existieron.


Sus piernas, delineadas y fuertes. Con ellas me atrapaba, en un abrazo eterno, evitando así salirse de mi cuerpo y por largos momentos permanecíamos sujetos uno al otro en una placentera suerte de amor.


Tú, hombre de mis afectos. Tú, hombre de mis desvelos. Hoy te siento más presente que nunca. La espera es larga y las ganas son muchas. Volver a sentir tu cuerpo, tu calor, tú fuerza de hombre sobre mí, me permite esbozar una sonrisa al mundo.


Hoy, sentada frente al cielo, lanzo mis suspiros al viento y espero que esa nube que pasa lleve en su espalda, mis anhelos y deseos por ti. Sólo quiero pedirte que no tardes mucho. Mi espíritu es el de una niña revoltosa que se vestirá de gata salvaje al verte. Me despojaré, lentamente de mi piel, con la sensualidad y erotismo que sólo ese amor me permite consumar.


No tardes, la noche es larga pero los días lo son más y muero por vaciar mi vida sobre tu dorso erizado y potente.




Carmen Pacheco
lasculpasylamuertedelamorii@hotmail.com
@Erotismo10
28 de julio de 2016


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