La brisa enceguecida hace deslizar mis lágrimas más rápido por las mejillas.
El beso
que me diste aquel día se ha borrado.
Las manos, que llegaron a pronunciar mi nombre por todas mis curvas haciendo que al toque de mi piel se oyeran sonatas y boleros delirantes, dejaron de agitarse.
Ese calor
que sentía cuando arremetías contra mi pudor y esencia de mujer llegaron al clímax
del adiós.
Hoy es un
día más en mi calendario.
Hoy felicitaré
a los amigos y posiblemente brinde por un amor, cuasi sincero que logró
elevarme sobre la cresta de la ola, en su frenético espumaje blanco y salado.
Segura estoy
que abran otras sensaciones que me harán revivir.
Qué no serán
iguales a las tuyas, de eso estoy segura pero no hay nada como un nuevo amanecer y el cosquilleo de un beso apasionado, que llega puro y con muchas promesas nuevas.
¡¡¡Hoy mi
cuerpo vibra de deseo y de amor por lo que vendrá!!!!
Carmen Pacheco
@Erotismo10
14 de
febrero de 2016
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