miércoles, 24 de febrero de 2016

EL POR QUÉ...





  
Posiblemente alguno de mis amigos, puedan contestar esta pregunta, que muchas mujeres se hacen.

Cuál es la razón por la que, algunos hombres, cuando una mujer decide no seguir con la relación, lo primero que les sale de la boca, porque ni siquiera lo piensan y lo lanzan, cual botellazo de puta, -¿Existe otro hombre, verdad?- y nos dejan con la boca abierta y los ojos pelados, no entendemos, qué los lleva a esa conclusión tan ligera y peligrosa. Si éramos el uno para el otro, si nos sentíamos tan compenetrados. Lo único que ellos asumen es que "Nosotras" les fuimos infieles, su ego les impide imaginar que ellos pueden ser culpables de semejante paso. Jamás recorrerá por su mente, que ya no nos miran igual. Que ves tedio cuando tú quieres conversar con él. Que ya no crees lo que te dice porque hay atenuantes difíciles de olvidar.

Peor aún, cuando dicen -¡Lo estás imaginando!- Nos acusan de “Pensar que estamos en los brazos de otro hombre” ¡Ay sí! Como si ellos no soñaran con la vecinita de al lado o con la secretaria jovencita que acaba de entrar en la empresa. Hasta quieren llevar, a su ritmo, el pensamiento de la mujer.

¿Por qué no preguntarse o suponer otra situación? Por ejemplo, que ya no hay confianza, que la relación se ha enfriado. Que no se coincide, como antes, en la forma de ver la vida.


Existen tantas cosas, que hacen que una relación termine pero no, algunos prefieren hacerse a la idea de que somos nosotras las culpables de todo lo que paso y nos guindan en el cuello, la medalla de la infidelidad. En pocas palabras, somos las Putas de la relación.

El amor es algo tan delicado y frágil, que cualquier tirón puede rasgarlo, aun habiéndoselo jurado hasta la muerte.

La vida es un eterno ir y venir. Como las olas que besan la playa y luego regresan al mar. El amor es un sentimiento de dos y si hay una grieta mal arreglada, lo más seguro es que por ahí se irá resbalando, como agua entre las manos, si no se ponen serios y deciden remendar el alma de esos dos que se aman.

Decir “Te amo” es muy fácil. Estar prestos a tomarlo en serio, eso sí es otra cosa. Sólo tú sabrás si te sumerges en ese camino lleno de flores pero que también tienen sus espinas. Nadie te puede decir, que no saldrás rasguñado o rasguñada. Esa será tu decisión y sin importar el dolor, te puedo asegurar que no hay nada en este mundo, como sentir las dichosas mariposas en el estómago, aun cuando hay quien dice, que donde se sienten es en el clítoris. 

Hombres, solo recuerden que las palabras, lamentablemente, no se las lleva el viento y si se las dices a una mujer, menos. Ellas quedan clavadas en la parte más íntima de sus sentimientos. Sólo un milagro podría hacer que se pueda curar esa otra herida y hoy eso está escaso.

Mujeres, en este mundo existen muchos hombres, que estarían felices de no permitir que una lágrima sea vertida por tus hermosos ojos. Mientras que llega el verdadero, el que será para ti, revísate y pregúntate qué es lo que quieres en verdad.

Mira lo que te digo, no existe el hombre perfecto porque no hay mujeres perfectas, solo estamos nosotros los imperfectos del mundo que aspiran conseguir otro imperfecto que quiera reír contigo por el resto de su vida.


Carmen Pacheco
lasculpasylamuertedelamorii@hotmail.com
@Erotismo10
24 de febrero del 2016





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