Hoy Graciela
amaneció con la piel áspera, no entendía el porqué de tanta dureza. Dónde ayer
había existido suavidad y tonicidad, hoy había agresividad y fiereza.
Sin abrir
los ojos, se estiró sobre la cama, para aflojar los músculos y sintió que
estaba sobre cáscaras secas. Sentía picazón por las coyunturas por entre los
dedos de las manos. Era como si hubiese comido palomitas de maíz y las migajas
estuvieran en la cama.
Abrió los
ojos y buscó en sus brazos. Observó que estaba en un proceso de cambio de piel.
Parecía como si hubiese quedado expuesta a mucho tiempo bajo el sol.
Toda ella semejaba
una mandarina con la cáscara cuando la están pelando. Sus orejas se veían secas
y agrietadas, le dio miedo seguir observando.
Las piernas se
las tocó y una lija, en ese momento era suave al tacto. Sus rodillas imitaban
las de un niño que había estado arrastrándose en la tierra.
De la
espalda caían hojuelas de piel sobre la cama.
Se puso
frente al espejo para tener una mejor visión.
Sus senos
perdían piel, como cuando se le cae la corteza a un árbol. También sus pezones
estaban agrietados. No era una hermosa escena, podríamos decir que era
Dantesca.
Graciela comenzaba
a inquietarse y abriendo las piernas, el espejo le devolvió la imagen de una vulva
árida y seca. Fue cuando dio un grito de angustia.
No
había nadie en la casa. No podía mostrar a su compañera de apartamento lo que le
estaba pasando
¿A
quién decirle?
Sus redondeadas
nalgas estaban en la misma situación, cuando caminaba veía cómo se le iban
cayendo trozos de piel muerta.
Comenzó a
llorar estaba desesperada. Imaginaba que se había contagiado de alguna horrorosa
enfermedad.
Intentó
controlarse para poder pensar, qué era lo que estaba pasando con su cuerpo.
Fue cuando
recordó, que la noche anterior había tomado una fuerte decisión pero no
entendía qué tenía que ver eso con lo que le estaba pasando.
Un poco más
serena y sin atrever a tocarse recordó haber pedido sanar su alma y su cuerpo,
dado que había terminado con una relación, que definitivamente no era para ella
y no podía quitarse de la mente y de su alma ese sentimiento, que la había llenado
por un tiempo de momentos hermosos y por eso era infeliz.
Esa noche anterior,
había llorado, suplicado e implorado amanecer con un pensamiento y vida
completamente distinta. –Pero ¿tendría algo que ver eso con lo de su cuerpo?
Y se dio cuenta que no recordaba el nombre de aquella persona, a la que tanto
había amado. Ya no sentía el paso de su mano por su cuerpo. Sus oídos habían
dejado de percibir su alma. Fue entonces que se levantó de la cama con una
enorme sonrisa en su rostro y dio gracias por haber obrado tan rápidamente en
su vida y su desesperación.
Mientras caminaba
por su habitación, llena de gozo, volvió
a pasar frente al espejo y al descuido volteó para verse y lo que vio la
paralizó. Su cuerpo entero ya no estaba como siempre. La tersura de su piel no era la
misma de la noche anterior, había un brillo diferente. Escudriñó cada parte de
su hermosa piel y toda ella era de una suavidad completa. Por supuesto que
volvió abrir sus hermosas piernas y observó que sus labios estaban tan rosados
y tersos como los de una adolescente.
Graciela había
pedido sacar de su alma y de su cuerpo, el recuerdo de esa relación que le
hacía tanto daño. Sólo que todo ese cambio se estaba generando en el momento en
que despertó y pudo observar cómo mudaba de piel, tanto por dentro como por
fuera. Le dio la impresión de haberse convertido en una serpiente la noche anterior. Dejó rastros de piel por el suelo, que indicaban una limpieza completa de ese sentimiento que la
tenía presa. Ya era otra persona, su piel no albergaba recuerdos de esa
pasión, todo había sido borrado en una transformación espeluznante.
Hoy Graciela
luce una espléndida piel pero no les hablo de la dermis que llevamos los
humanos. Es la piel del espíritu, del alma. Hoy ella volvió a darse el lujo de
brillar con esa luz que, la hace más hermosa y atrayente a las cosas buenas.
Hoy ríe, con la esperanza de ser feliz y de saberse una mujer renovada capaz de
volver a sentir y dar amor a la persona apropiada para ella.
Carmen
Pacheco
lasculpasylamuertedelamorii@hotmail.com
@Erotismo10
10
de diciembre de 2017