lunes, 13 de febrero de 2017

ASÍ TE SIENTO...









Hoy me siento ante mi máquina y dejo que una suave melodía se apodere de todos mis sentidos. La brisa fría, que se cuela por entre las ventanas cerradas y por debajo de las puertas hace que te recuerde mucho más.

Esta tranquilidad interna es como si estuviera embriagada de tu recuerdo. Del recuerdo de aquellos besos, de esa tu lengua que cual serpiente se abre paso por entre mis labios haciendo que me despliegue un poco más para que puedas poseer mis adentros lujuriosos que merodean dentro de mi boca.

Estoy mareada, me siento en el aire. Mi cuerpo vuela ligero, cual cometa al viento. Mi corazón ha bajado su ritmo y desde este rincón del alma pareciera querer salir por la ventana y disfrutar de esa hermosa vista que me ofrece la luna, quién me guiña un ojo seductoramente, con el fin de que salte sobre ella y así mecerme en su curvatura prominente, que le muestra al otro hemisferio.

Ha sido un aprendizaje arduo. He asimilado el quererte en la tranquilidad, en el silencio, en las cosas diminutas y en la sonrisa de un niño. Creo que avanzo, aunque a veces doy un paso hacia atrás y caigo. El sólo saber que respiras a mi ritmo y que estoy a la distancia de un pensamiento tuyo, aunque haya sido el único del día, no importa es suficiente para llenar mi alma.

Hoy empiezo mis actividades, que te mantendrán “alejado” de mis pensamientos pero es mentira y yo lo sé. He descubierto que aunque esté ensimismada en mi trabajo, de repente mi corazón se agita y aparece tu rostro o tú perfume que llega a envolverme. Es tan breve tu aleteo, que nadie se percata de ese alto en mi vida. Es como un aliento de fuerza que llega para cubrir el desgaste que pudiera ocasionar lo que hago.

Hoy, desde mi sillón vuelvo a sentir cómo revolotean tus memorias por todo mi cuerpo. Nunca supe que se podía sentir de esa forma. Pienso que la paz y la tranquilidad de este sentimiento son muy fuertes.

No pido cosa alguna, mucho menos exijo. El sólo estar en esta suerte de felicidad interna me permite ver la vida de otra forma e inclusive de valorar lo que antes no entendía.

La distancia no quiere decir olvido, hoy lo sé. Tú distancia y la mía están unidas por un halo de luz interminable.

Así te siento…


Carmen Pacheco
lasculpasylamuertedelamorii@hotmail.com
13 de febrero de 2017


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