lunes, 28 de mayo de 2018

CÓMO EXORCIZAR UN BELLO AMOR...



Estamos cansados de oír “El tiempo lo cura todo” pero no nos dicen, cuánto dura ese tiempo. A veces se cruzan en nuestras vidas seres que traen algo que enseñarnos, siempre es así. Nadie se acerca a ti por mera casualidad, según, existen personas, idóneas para mostrarte lo que debes aprender.


En determinados momentos renegamos de tal y cual relación, porque nos resultó con cascos ligeros o es agresivo, mentirosa, inseguro, aburrida, cansón, etc., pero si lo pensamos en frío, esa persona llegó a tu vida para sanar algo, aprender que no eres pera de boxeo, que eres lo máximo, no mejor que los demás pero si eres un ser espléndido que se merece otro tipo de relación.También llegan para que sepas cómo convivir en pareja, cómo ser tolerante, flexible, paciente, en fin, llegan para ENSEÑARNOS que no somos la última Coca-Cola del desierto pero sí muy importantes en este universo. 


Entonces, en esos momentos no valoramos a la persona en cuestión y como no está de acuerdo con lo que cada uno quiere en su vida o creen “saber” lo que necesita en su vida, lo mandamos bien largo a…. la calle, para luego andar rumiando por entre los cuartos, calles, amigos, lo mal que nos fue con esa persona y lo solo que nos sentimos.


Han oído de personas que buscan lo que seguro tienen en sus casas, ese es el síndrome del “Pájaro Azul” No valoran lo que tienen y piensan que el mundo está en el derecho de darles la oportunidad de salir a buscar lo que, según, no le dan en su hogar para luego, al regresar encontrar, que siempre lo ha tenido cerca de ellos o ellas.


Ahora aquellos que no logran sacarse de sus mentes o almas esa relación, que para ell@s era maravillosa, eso es otra cosa. Los amigos te dicen “Piensa las cosas malas que te hizo” ¿y si todo fue bueno? ¿Si se comportó como todo un gentleman en la relación? Si te hizo sentir el ser más especial del mundo con sus atenciones, que gritaban lo maravilloso que se sentía junto a ti. Cómo hacer con este tipo de personas, que aunque el tiempo pasa, no logras exorcizarlo de tu ser y comienzas a preguntarle, -Si sabías que no era para siempre, si sabías que sería un subir a la cima por poco tiempo, si entendías que no sería una relación duradera por qué te comportaste como uno de los mejores amantes, tan perfecto que es difícil olvidarte. Debiste ser un cobarde, un embustero. Por qué me trataste bien y me miraste de esa forma. Esta es la ruptura más difícil porque es la que más cuesta sacudir de tu vida. Aquí el aprendizaje, imagino que es el desapego. Sólo que somos tan occidentales, tan latinos, tan de sangre caliente, que tenemos que llevar un luto largo, tomarnos, una que otra cerveza con los amigos, mientras cantamos alguna de esas canciones para el guayabo y es cuando, quizás, sólo quizás podamos abrir, definitivamente la puerta a ese pasión que se rehúsa a irse de tu piel y ver su espalda cuando se retira de tu vida, entendiendo que no existió tal afecto, sólo un estremecimiento de glándulas, lo demás lo creo tu necesidad de amar.


Es por eso que digo que, mientras esperamos que el tiempo cure las heridas deberíamos interiorizar el por qué nos involucramos con seres que no son los correctos en nuestro día a día. También existe ese otro dicho de que “Un clavo saca otro clavo” pero se convierte en una maraña de sentimientos. Te unes a otra persona, queriendo al anterior, no siendo honesto con ella o él y mucho menos contigo. Así es que seguimos deshojando margaritas mientras llega el o la correcta.


Somos seres de luz y de amor por lo que necesitamos aprender a amarnos a nosotros y luego al que está afuera, si queda algo.


¡Ese fue mi aprendizaje!





Carmen Pacheco
@Erotismo10
28 de mayo de 2018


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