Oh!
Pobre de aquellos, que lloran un amor que no muere
Pobre
de aquellos, que se empecinan en ir contra toda cordura
Pobre
de aquellos, que vagan silentes por el camino de lo correcto
Pobre
de aquellos, que mantienen un manantial de angustias
como el cuento de nunca acabar.
como el cuento de nunca acabar.
Pobre
de aquellos, que aman en silencio
Pobre
de aquel, que confía en el tiempo
Pobre
de aquel, que espera lo imposible
Pobre
de aquel, que fue herido de amor
En
lo más profundo de él.
Oh!
Pobre de aquel, que percibe el aroma
de esa alma sin importar dónde está.
Oh! pobre de Ti...
Oh! pobre de Ti...
Carmen
Pacheco
14
de noviembre de 2017
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