miércoles, 15 de marzo de 2017

HAZ QUE MI YO SE ELEVE HASTA EL CONFÍN DE LOS TIEMPOS





No me beses, sólo abrázame.
No invadas mi boca con ese delicioso néctar.
Sólo rodea este cuerpo que temblando está.
Siente mi corazón cómo palpita al mismo compás del tuyo.

Mis manos están abiertas para recibir tu energía.
Mis brazos aspiran rodear tu carne suave y fugaz, que tantas veces me dieron calor.
Mi boca, loca de deseo, se mantendrá recatada y humilde en ese encuentro.
No me beses deja que mi Yo penetre por tus andares internos.

Cuánto espero poder disfrutar de tu perfume.
Que embriaga mis sentidos y los despierta en un solo suspiro.
Oiremos acordes musicales, que harán danzar nuestras almas.
Abrázame y respira este amor, que se me desboca por lasrendijas.

Sólo mírame, de esa forma tan suave, como acostumbras en nuestros encuentros.
Deja que esas niñas traviesas, digan lo que tu boca calla.
Ese será nuestro lenguaje, no necesito más. Dame esa mirada que me enloquece.
No, no me beses, que quiero dormir en tus ojos.

Y será el mejor encuentro que jamás hayamos tenido.
Tú guardando el elixir, masturbador de tu boca.
Y yo con mis ganas de diluirme en tus ojos.
No, no me beses, que muero por ceñirme a tus pestañas.





Carmen Pacheco
@Erotismo10
15 de marzo de 2017






lunes, 6 de marzo de 2017

LOA AL BESO






Todo comienza, cuando respiro tu aliento.
Mis labios entre abiertos reciben tu atrevida
Y turbadora lengua, que ungiendo con su saliva mi garganta
Se desliza husmeando, con la determinación de lamer mis ansias.

Entre tu boca y la mía se produce una explosión de sensaciones, que iluminan mis papilas, dando la alucinación de un día festivo y con el dulzor de nuestras salivas se cruza un saludo cálido y húmedo.
Llegando a evocar el primer beso, cada vez que nos encontramos.

En ese instante danzan al compás de los quejidos esas dos locas, logrando aprisionar la tuya entre mi avaricia y el éxtasis que provoca la energía que transmites cuando me tocas.

Suavemente te volteas buscando una posición que te permita acariciar mi campanilla. Mientras paso mis brazos por detrás de tu cuello, con la chiflada esperanza de hacer más largo ese encuentro.

Nuestros cuerpos no piden otra cosa. No desean más, que ese exquisito nocturno entre tu boca y la mía.

Dudo que hayan existido besos más íntimos, como el que nos ofrecemos, en esos párvulos momentos de amor apasionado.



Carmen Pacheco
@Erotismo10
5 de marzo de 2017