martes, 26 de abril de 2016

UN AMOR PLATÓNICO Y ENCENDIDO...



  
Este amor apasionado, que se remonta hasta la cumbre más alta de los sentimientos hace que mi esperanzado corazón, le dé más trecho para lograr ese codiciado encuentro.

Se dice que la distancia es como el tiempo pero, hasta cuándo puede esperar un cuerpo que se desgasta, no con la rapidez de mis sueños y anhelos pero si con el devenir de los tiempos.

Este amor, que una vez fue carne y sudor, hoy es distancia y platonismo.

Me parece vivir en los años en que era muy difícil el encuentro de los enamorados. Donde no existían aviones o trenes. Sólo un maravilloso cartero que, contra viento y marea hacía llegar esas letras impregnadas de pasión y deseo.

Que si estoy ansiosa, claro que lo estoy. Qué mujer no lo estaría sabiendo del volcán que se forma, cuando nuestros cuerpos se juntan y dejan escurrir esa lava ardiente que sale de nuestras entrañas.

La espera pero con esperanza es lo que mantiene la llama encendida. Tu voz ronca, que sale de un perol fonético pero que hace que se me
Enchine la piel deteniendo los recuerdos agazapados en mis poros.

¿Cuánto puedo aguardar? sólo Dios lo sabe porque si es por mí, lo haría como aquella mujer que envejeció sentada en el muelle de San Blás, en la espera de aquel que le prometió regresar. Sólo los cangrejos y las gaviotas pudieron ser testigos de tanto amor y de tanta entrega.

De todas formas, querido mío recuerda que los cangrejos pican duro y ya mi corazón me lo han lastimado y las gaviotas merodean para ver qué pueden sacar de ese festín, mientras migajas de él caen entre las tenazas rápidas y certeras de esos crustáceos.

Nunca olvides que aquella mujer, del muelle de San Blás, la tuvieron que llevar a un manicomio pues su amado jamás regresó y enloqueció de amor.




Carmen Pacheco
lasculpasylamuertedelamorii@hotmail.com
@Erotismo10
26 de abril de 2016


martes, 19 de abril de 2016

SOLO EL TIEMPO ES TESTIGO...




  
Amor quiero que veas, cómo, inevitablemente, se van generando cambios en la mujer que amas. Cómo se deshoja la belleza, que alguna vez tuvo. La fortaleza que ha adquirido bajo esos hilos plateados que iluminan su camino.

No quiero que te pierdas, cómo el tiempo mantiene a tu ser amado, mientras espera, sobre una nube repleta de ilusiones, de anhelos y sueños, el aroma de tu cuerpo.

Solo, ese Señor sabe, cómo lo utilizo para tranquilizar las horas, que se escurren por entre mis ojos, al no poder ver tus pasos regresando por aquellas flores y follajes, que una vez pisaste al irte.

Son mis labios que esperan un ansioso y sonoro beso y este cuerpo que anhela un estruendoso encuentro que retumbará, en los confines del mundo, al juntarnos corazón a corazón.


Tu Sinónima…





Carmen Pacheco
lasculpasylamuertedelamorii@hotmail.com
@Erotismo10
19 de abril del 2016